La realidad que vemos


¿Qué es la realidad? Hace ya mucho tiempo que me pregunto acerca de la realidad; he leído mucho sobre como el cerebro crea la realidad, sobre como el propio cerebro no para de engañarnos acerca de la realidad , como sólo ve lo que quiere ver (hablaré de esto en otros artículos de este blog), sobre como muchos aspectos de la física nos muestran una realidad nada intuitiva, ya sean casos de física newtoniana (la física de nuestro día a día), de mecánica cuántica (¡¡¡ay dios mío!!!, lo que ocurre a nivel atómico y subatómico es todo menos intuitivo, dónde las cosas son y no son al mismo tiempo, o son todas las posibilidades a la vez, dónde según las mires o no son una cosa u otra...), o de teoría de la relatividad (sí, esa que dice que el tiempo y el espacio son relativos, que cuanto más rápido viajamos más despacio pasa el tiempo y más se concentra el espacio delante de tí, no me enrollaré, pero es fascinante y antiintuitivo).

Y ¿por qué me pregunto ahora acerca de la realidad?, pues porque muchas veces discutimos con la gente que nos rodea, ya sean éstos familiares, entrenadores ayudantes, jugadores, etc... cada uno con sus razones, con su punto de vista y con su convencimiento de estar en lo cierto; y cuando creemos estar en posesión de la verdad no admitimos ninguna opinión contraria a la nuestra, y la defendemos con uñas y dientes, como si nos fuera la vida en ello... y claro, ¿podemos estar seguros de estar en posesión de la verdad? pues probablemente no, pero nos comportamos constantemente como si lo estuviéramos, e incluso llegamos a enfadarnos y violentarnos cuando no se nos da la razón, y es por ello que cuando me encuentro en este estado de incomprensión y de enfado hacia aquellos que no piensan como yo me gusta recordar este cuento o parábola (Los mejores aforismos y parábolas de oriente. Ramiro Calle. Editorial RBA Integral):

La parábola de los ciegos:

Hubo un rey que se acercó a un hombre diciéndole:
- Buen amigo, reúne en la plaza a todos los hombres de la ciudad que hayan nacido ciegos.
- Haré como dices, Señor - repuso el hombre.
Obedeciendo al monarca, el hombre reunió en una plaza próxima al palacio a todos los nacidos en la ciudad.
Entonces, el rey ordenó:
- Trae un elefante ante estos hombres ciegos, sitúalo ante ellos, pídeles que lo toquen y que te digan de qué se trata.
El hombre colocó un elefante frente a los ciegos y les pidió que lo tocaran. Unos tocaban la cabeza, otros la oreja, otros un colmillo, otros la trompa, otros la pata, otros el lomo, otros el pelo de la cola, y así sucesivamente.
Después, los ciegos fueron conducidos ante el monarca, que les preguntó:
- ¿Cómo es un elefante?
Los que habían tocado la cabeza dijeron: "Es como una olla"; los que habían palpado una oreja respondieron: "Es como una cesta de cribar"; los que habían tocado un colmillo dijeron: "Es como una reja"; los que habían posado sus manos en la trompa afirmaron: "Es como un arado"; los que habían acariciado el cuerpo sostenían que era como un granero, en tanto que los que sólo habían tocado una pata tenían la certeza de que era como una columna, y los que habían tocado el lomo, que era como un mortero. Aquellos que palparon el pelo de la cola no tenían la menor duda de que era como una escoba. Y cada uno empeñado en su creencia, los ciegos comenzaron a polemizar, discutir violentamente y hasta llegaron a las manos, mientras el monarca les observaba sin poder reprimir la risa.

Y sigo preguntándome... ¿qué es la realidad?


  
  
  

Comentarios (2) -

  • Que cierto es, dos personas viviendo la misma situación en el mismo momento van a interpretar de forma diferente lo vivido. Creo que antes de defender a ultranza nuestra verdad hay que preguntar al otro: ¿ tú qué has entendido?  Hay tantas realidades cómo personas.
    • Así es María José, cada uno vivimos realidades distintas, depende de nuestro pasado, nuestras creencias, nuestra percepción, nuestro estado de ánimo... una misma situación es vivida de forma diferente por cada ser humano.

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